
La mitocondria es la única organela celular que posee un DNA circular propio, capaz de ser codificado y claramente distinto del código genético nuclear. No existen mecanismos de reparación ni código degenerado para el DNA mitocondrial y además su índice de mutación es mucho mayor. El óvulo materno es el que aporta casi la totalidad de las mitocondrias al embrión, por lo que estas enfermedades, que afectan por igual a los dos sexos, son de herencia materna no mendeliana.
La cadena respiratoria es un conjunto de vías metabólicas cuyo punto final es la obtención de energía, en forma de ATP. Está compuesta por cinco unidades o complejos funcionales, situados en la membrana interna de la mitocondria; de los cuales el complejo IV, es el llamado citocromo C-oxidasa o COX. Como en todas las enfermedades mitocondriales existe una gran variabilidad de cuadros clínicos, que dependen de la edad de inicio de los síntomas, de la distribución del defecto en los diferentes tejidos, del grado de afectación de los mismos y del tiempo de evolución de la enfermedad.
El déficit de Citocromo C Oxidasa, presenta durante el periodo neonatal cuatro cuadros clínicos preponderantes:
1.- Hipotonía neonatal (Floppy baby) y en raras ocasiones se ha descrito este cuadro asociado a una evolución benigna.
2.- Deterioro neurológico (Síndrome de Leigh y Poliodistrofia de Alpers).
3.- Miocardiopatía y diabetes prenatal y
4.- Afectación pluritisular con acidosis láctica (Sd. Toni-Debré Fanconi, Sd. Pearson y Miopatía infantil fatal).
En edades posteriores los síndromes que se presentan son:
1.- MELAS (encefalomiopatía mitocondrial con acidosis láctica y accidentes vasculares cerebrales.
2.- MERRF (epilepsia mioclónica con fibras rojo rotas).
3.- Síndrome de Kearns Sayre.
4.- Síndrome de Leigh.
5.- Neuropatía óptica de Leber.
Los síntomas oculares son bastante frecuentes, ya sea una retinitis pigmentaria (acumulo anormal del pigmento de la membrana retiniana, que conduce a largo plazo a la degeneración, por inflamación crónica, de la retina), una atrofia (disminución de volumen y peso de un órgano) óptica, oftalmoplejía (parálisis de los músculos del ojo) secundaria a miopatía (degeneración de los músculos) y ptosis palpebral (párpados caídos). Suelen afectarse sistema nervioso, músculo, corazón, hígado y riñón.
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